The Quest es un viaje al pasado. Una vuelta a los primeros juegos de rol: esos que te mostraban un pergamino con todas las opciones y el inventario, mientras que en la otra mitad de la pantalla nos vamos moviendo y encontrado amigos y enemigos.
The Quest nos devuelve a ese momento en el que más que controlando a un personaje abiertamente, nosotros escogíamos las direcciones por las que moverse, de forma muy ortopédica: la cuestión es que siempre se quedará quieto el personaje cuando giremos. Esta manera de moverse se llama informalmente “tanque” y la podemos ver en juegos como los primeros Resident Evil, en los que nunca podemos correr y girar al mismo tiempo.
Todo empieza como en cualquier juego de rol: crea un carácter, escoge de qué raza es, ponle un nombre… Los estándares siguen siendo los mismos, pero una vez cogemos la espada ya no hay vuelta atrás. The Quest puede parecer simple a primera vista, pero si algo nos han enseñado muchos juegos es a no fiarnos de su aspecto visual.
El juego tiene una enorme cantidad de variantes y posibilidades, empezando por la libertad de desarrollo de habilidades. ¿Prefieres un guerrero? ¿O quizás un mago? Mientras vamos fortaleciendo a nuestro personaje tendremos que cumplir toda clase de misiones, aunque muchas de ellas tienen relación con derrotar a enemigos.
Las opciones de diálogo nos salvarán de más de un aprieto, ya que The Quest no es un simple mata mata: puedes cortar en dos a un orco o hacerle un favor para que té lo que estás buscando. Todo es cuestión de perspectiva.
The Quest tiene una inifnita cantidad de misiones
El abanico de factores de rol es tan extenso como en cualquier otro juego actual: fuerza, habilidad, inteligencia, resistencia a magia, pociones, parálisis, experiencia restante para subir de nivel, y los siguen un largo etcétera. Además de dar la libertad de desarrollar a nuestro personaje como queramos (subir a tope la fuerza, o bien la inteligencia, por poner ejemplo, según el enfoque que queramos al aventurero) hay un detalle que encontramos particularmente interesante: la fama.
¿Creías que matar a destajo a todo el que no esté de acuerdo contigo será aceptado por los demás? Mucho me temo que no será así. Según la clase de personajes que hagamos enfadar o que complazcamos nuestra fama se inclinará hacia buena o mala, y quien avisa no es traidor si decimos que a la mala no le dieron el nombre por casualidad.
The Quest tiene un montón de horas de entretenimiento para los fans más old school a los que no les importe enfrentarse a unos gráficos antiguos y a una jugabilidad oxidada, pero si algo no les faltará son misiones por completar, magias por aprender y armas por conseguir.
Pese a todo lo que ofrece, los precios difieren un poco en Android e iOS, pero toca rascarse el bolsillo igualmente: por la parte de Android el juego vale 7.99€, siendo la más cara de ambas plataformas. Para iOS The Quest vale 4.99€, saliendo un poco más económico. Qué dices pues, ¿Te apuntas a probarlo?