¡Menudo lío se ha montado! En más de una ocasión ya hemos hablado de la difícil relación entre las apps de mensajería y las autoridades. Y es que en materia de seguridad estas tienen un papel importantísimo. Ahora contaremos como ha ido todo, pero ya podemos afirmar que Rusia le ha declarado la guerra a Telegram.
Y es que la relación entre el país y la aplicación tiene una larga historia de desencuentros. El primero de ellos fue a causa de una ley aprobada el año pasado por el parlamento ruso. Esta obliga a que todos los datos enviados por ciudadanos rusos se deben almacenar en servidores situados en la misma Rusia. El problema es que el creador de Telegram Pavel Durov se negó a hacerlo por miedo a una mayor interferencia de las autoridades.
Esto llevó al gobierno de Putin a plantearse la prohibición de la app en todo el país. Finalmente se desestimó la idea, pero como decimos ahora Rusia le ha declarado la guerra a Telegram y la cosa tiene más mala pinta.
Un día haremos un artículo en el que hablaremos de la encrucijada en la que se encuentran muchas compañías como esta. Basta con recordad los problemas entre el FBI y Apple después de los ataques en San Bernardino. Es un tema realmente interesante.
Después del atentado de San Petersburgo, Rusia le ha declarado la guerra a Telegram
Vamos por partes. Si recordáis, el pasado mes de abril tuvo lugar en San Petersburgo un atentado que se saldó con 15 victimas mortales. Pues bien, el FSB, la agencia de seguridad más importantes de Rusia, ha asegurado que los terroristas utilizaron Telegram.
Lo hicieron para comunicarse con sus cómplices y con miembros de ISIS en el extranjero. Y en caso de haber accedido a estas comunicaciones se habría podido evitar el atentado. Este hecho ha llevado a Putin y los suyos a pedir a Telegram las claves para descifrar los mensajes. Esto permitiría al gobierno leer los mensajes de los usuarios de la app.
Pero como os podéis imaginar, Pavel Durov se ha negado en redondo a hacerlo. Este es el principal motivo por el que Rusia le ha declarado la guerra a Telegram. Pero según afirma el CEO del servicio nadie tienen las claves de cifrado. Ellos ofrecen a sus usuarios una herramienta totalmente privada, segura y anónima para conversar.
Este alto nivel de encriptación es uno de los atractivos de la app para los terroristas. De hecho Teresa May ya advirtió después de los atentados de Londres, que hacía falta regular este tipo de servicios de mensajería. El problema es que por “motivos de seguridad” se pueden aprovechar y conseguir información privada de los usuarios. Un poco como la última temporada de House of Cards.
Actualmente Telegram tiene unos 100 millones de usuarios, un volumen más que considerable. Veremos como acaba el tema, pero si fuera Durov no estaría muy tranquilo. Ahora que sabemos que Rusia le ha declarado la guerra a Telegram, seguiremos con atención como evoluciona el tema.
¿Qué os parece a vosotros? ¿Deberían servicios como este dar acceso a las autoridades a sus servidores? ¡Queremos saber vuestra opinión!
Fuente: Reuters Via: Phone Arena