Con la reciente y forzosa llegada de Windows 10, muchos de los usuarios que se lo han instalado obligatoriamente se han arrepentido al momento. Y es que pese a sus nuevas funciones, no todo el mundo está listo para las novedades, y menos viniendo de sistemas operativos que ya tenían una alta reputación como lo hacía Windows 7. ¿Cómo restaurar la versión de Windows? Se preguntan muchos. ¿Hay realmente una manera o tengo que instalar manualmente de nuevo el sistema y realizar largos y molestos formateos? La respuesta es sí: Microsoft permite restaurar la versión de Windows, aunque bajo ciertas condiciones. A continuación vamos a explicar cómo hacerlo para aquellos que estén interesados en volver a su sistema operativo anterior.
Hay una condición esencial que Microsoft pone para los que quieran restaurar la versión de Windows: tiene que haber pasado menos de un mes para que se pueda realizar el cambio. De lo contrario, la opción no aparecerá disponible donde debería estarlo. Se considera un tiempo de prueba en el que el usuario puede probar las funciones de Windows 10 y debería contar con una opinión sólida al decidir regresar a la versión anterior del sistema. Si no han pasado los 30 días, hacer el cambio es fácil y sencillo, mientras que si el tiempo límite ha pasado toca empezar a mirar los procesos más pesados y manuales.
Suponiendo que estemos dentro del mes de prueba, tendremos que seguir estos pasos para restaurar la versión de Windows:
Pasos para restaurar la versión de Windows
- Ir a inicio (fácilmente reconocible porque es prácticamente igual en todas las versiones del sistema y porque por defecto está en la esquina inferior izquierda).
- Darle a la opción «Configuración», después a «Actualización y seguridad», «Recuperación» y por último a «Volver a Windows 7» (o la versión que tuviéremos antes, esta opción variará).
Por último nos saldrán diversos mensajes intentando (desesperadamente) que no realicemos la confirmación. Microsoft nos ofrecerá opciones concentradas en solucionar problemas concretos del sistema, pero son meras distracciones para prolongar lo inevitable. Si esquivamos las trabas bien, nos dirigirá por último al punto en el que podemos especificar el motivo por el cual queremos volver atrás. Aquí carta blanca para quien quiera opina y dar su sincera opinión a Microsoft acerca de su motivo personal. Los más frecuentes son que en los ordenadores poco potentes el arranque propio de Windows 10 es rápido, pero la optimización del sistema una vez llegado al escritorio no permite que los ordenadores poco potentes (portátiles sobre todo) vayan fluidos porque no pueden asimilar la potencia del nuevo sistema. Por otra parte, hay software y juegos que por alguna razón no son compatibles con la nueva versión, y si queremos utilizarlos no hay otra alternativa que volver al punto en el que funcionaban.
Si durante el tiempo que hemos tenido Windows 10 hemos instalado programas, estos se perderán y habrá que volver a instalarlos. Sin embargo, los archivos y carpetas personales seguirán en su sitio (¡Gracias a Dios!). Es inevitable pensar que algún día todos tendremos Windows 10 en nuestros ordenadores, aunque esperemos que para entonces se hayan corregido todos los fallos que hoy dan problemas y sea un sistema fiable que a nadie le importe tener que instalarse.