Aparte de una olvidable película protagonizada por Halle Berry y James Belushi, Race the Sun es también el título de uno de los juegos sin final (o runners) más interesantes de la App Store. Financiado por crowdfunding en Kickstarter, se lanzó hace dos veranos para PC y Mac, llegó a PS3 y PS4 el año pasado y ahora completa su particular triplete de soportes (PC, consola, smartphone) dando el salto al iPhone y al iPad.
En Race the Sun nos ponemos a los mandos de una nave propulsada a partir de energía solar que debe ir sorteando todo tipo de obstáculos minimalistas. El juego sólo termina de dos formas: cuando impactemos contra uno de esos obstáculos y se destruya la nave; o cuando el sol se ponga en el horizonte, ya que eso nos dejará sin gasolina. O sea, si vas muy rápido, no podrás sortear los obstáculos… pero si vas muy lento te quedarás sin luz. Tú mismo.
La mecánica de juego es muy elemental: nos tocará superar una serie de desafíos de creciente dificultad que nos proporcionan puntos con los que podremos mejorar la nave. Y entre esas mejoras encontramos desde un imán para atraer los objetos que nos dan puntos hasta propulsores para acelerar el giro o incluso elementos para alargar el ocaso.
A favor de Race the Sun: su estética y su dificultad. En contra: su precio, algo excesivo
Race the Sun destaca por su estética encantadoramente minimalista, por su excelente jugabilidad y porque es un juego difícil. Lo es en su modo «normal» y lo es hasta límites desconocidos en smartphones -al menos por mí- si logramos desbloquear los dos mundos de dificultad ultra-hard. Creedme: hacen honor a su nombre.
El escenario cambia a diario por lo que nunca tendremos dos desafíos iguales, una buena forma de «justificar» el excesivo precio de salida de Race the Sun: 4,99 euros. Las horas de juego que le podrás dedicar y esa estética tan cuidada hacen que la inversión merezca la pena, aunque si eres poco exigente con los runners no te lo recomendamos, ya que podrás encontrar opciones por ahí más económicas y también muy divertidas.