Los Joy-Con son un pequeño invento cargado de tecnología en su interior, y precisamente por tener tantas historias, algo acaba fallando con el tiempo. No son pocos los casos de drift (la palanca se mueve sola sin tocarla) que se han dado en todo el mundo y aunque ese es el fallo más conocido, hay otros que también pueden darse.
En esta entrada vamos a cubrir los fallos más comunes de estos mandos de la Nintendo Switch así como algunas soluciones que pueden funcionar.
Cómo arreglar los fallos más comunes de los Joy-Con
Vaya por delante que, de tener todavía la garantía de los mandos o de la consola vigentes, siempre te recomendamos emplearla contactando con Nintendo a través de su web o número de teléfono.
Fallo en la sincronización del Joy-Con con la Nintendo Switch
En alguna ocasión puede suceder que de repente, el Joy-Con no responda ni la Switch lo reconozca por mucho que pulsemos los botones L y R. Aunque esté vinculado o lo acoplemos al cuerpo de la consola, la máquina no lo identifica y no lo muestra sincronizado ni si quiera inalámbricamente.
Posibles causas y/o soluciones:
- Se ha quedado sin batería. Aunque los Joy-Con suelen tener una muy buena autonomía en stand-by, puede darse el caso que se haya agotado. Prueba a dejarlo acoplado a la consola un tiempo o a cargarlo en una base de carga para Joy-Con.
- Fallo en el raíl de tu Joy-Con o en el de tu consola. Para descartarlo, lo mejor será probar tu mando en otra consola.
- Pulsa el botón que hay en el centro del raíl del Joy-Con. Esto reseteará el mando y la consola lo podrá volver a reconocer en el apartado «Mandos» del menú principal.
Personalmente nunca se me había desincronizado hasta hace unas semanas, cuando fui a jugar y noté que el mando derecho no vibraba. Probé de todo y hasta que no le di al botón de reset que hay en el raíl del Joy-Con, la consola no fue capaz de reconocerlo. A partir de entonces no ha vuelto a fallar.
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El personaje se mueve solo, como si pulsase la palanca (Drift)
El problema por antonomasia de los Joy-Con es el temido drift. Se trata de un fallo que, al parecer, se da por varios motivos: debido al desgaste que sufren las pistas del circuito provocado por la fricción del joystick y a la acumulación de polvo y suciedad dentro de la palanca del mando.
Si te fijas, la palanca tiene una suerte de «falda» que cubre la unión entre el palo y la base de la misma, por donde generalmente se suelen colar partículas que interfieren con la mecánica interna del mando, haciendo que la consola reconozca movimientos cuando no los hay.
Posibles soluciones:
- Limpiar la zona con un bastoncillo (hisopo) ligeramente mojado en alcohol isopropílico, levantando la «falda» para acceder a la zona conflictiva. Ten cuidado porque esta goma protectora es muy fina y se puede romper muy fácilmente.
- Limpiarla con aire a presión. Si tienes un bote o una pera, puedes insuflar aire para que limpie la parte interna de la palanca del Joy-Con.
- Desmontar el Joy-Con y ponerle un trozo de papel. Es una de las últimas soluciones publicadas en internet, pero a su vez puede ser un poco contraproducente a largo plazo ya que el papel ejercerá más presión y desgastará las pistas del circuito más rápidamente.
- Cambiar toda la palanca. En Amazon puedes encontrar recambios para el joystick y la instalación no es demasiado complicada, aunque como siempre, conviene saber lo que estamos haciendo.
Todas las soluciones en torno al Joy-Con Drift son pan para hoy y hambre para mañana, pues no te aseguran que vuelva a suceder. Ni siquiera el servicio técnico de Nintendo aplica una solución definitiva, pues el que firma estas líneas lo ha comprobado en primera persona.