Las notas de audio de Whatsapp han revolucionado la forma de comunicarse en la aplicación. En un inicio no fueron demasiado usadas, pues la timidez aún era un poco presente. Eso sí, con el aumento del envío de fotos y vídeos a través de apps como Snapchat, la timidez se ha ido perdiendo poco a poco. Los usuarios fueron los primeros en usar con frecuencia la función de notas de audio de Whatsapp, en su mayoría para hacer bromas con los amigos. Poco a poco, se dieron cuenta de que si perdían la vergüenza a enviarlos podían ahorrar mucho tiempo escribiendo y hasta enviarlos mientras no les era cómodo teclear el mensaje. A día de hoy son muchos los que envían libremente audios para responder a todo (a veces demasiados) y es normal ver por la calle usuarios enviándolos sin vergüenza alguna.
Las notas de audio de Whatsapp: un antes y un después
El hecho de que a muchos no nos guste escuchar nuestra propia voz en las notas de audio de Whatsapp tiene su razón científica y psicológica (al igual que prácticamente todo). Empezaremos con el razonamiento científico y el motivo físico por el cual sentimos una increíble vergüenza ajena cuando reproducimos las grabaciones: cuando hablamos, oímos al instante lo que estamos diciendo, pues el sonido viaja por el aire a nuestros oídos y llega al tímpano, haciendo el recorrido hasta el canal auditivo externo. El proceso es muy rápido, y gracias a las vibraciones de la estructura ósea la voz que recibimos es más grave y con un poco de eco. ¿Dónde está la diferencia entonces? Los micrófonos no tienen huesos que puedan vibrar y alterar el sonido, así que al transmitirlo por el aire las frecuencias graves se disipan y oímos nuestra voz más aguda, pareciéndonos fea y diferente de lo que estamos acostumbrados.
La psicología no se negó a observar y analizar esta situación tan curiosa, sacando sus propias conclusiones al respecto. Siguiendo diferentes comparaciones entre los perfiles psicológicos de los usuarios y su opinión al escuchar su propia voz, se declaró que a más de la mitad de los analizados les disgustaba el modo en que oían su voz reproducida en el altavoz, mientras que a una minoría les gustaba. Se etiquetó de narcisista este punto de vista, considerado una rareza frente a la gran cantidad de usuarios que lo veía del modo contrario. Un interesante detalle es que en otro experimento se hizo escuchar a 80 individuos, grabaciones de voces de otras personas, mezclando ocasionalmente algunas del mismo sujeto, y cuando uno de ellos no sabía que lo que escuchaba era su propia voz, la encontraba atractiva.
Así pues, ¿Por qué tanta autocrítica? Lo normal al trabajar con notas de audio de Whatsapp es grabarlas, enviarlas y olvidarse de ellas hasta el fin de los tiempos. Bajo ningún concepto escucharlas, ya que puede tener resultados parecidos a los de abrir la Caja de Pandora. Si algo se puede sacar en claro de todo esto es que nuestra voz no es exactamente como la escuchamos, pero tampoco como la reproducen los dispositivos inteligentes. Cuando escuchamos nuestra voz reproducida en el Smartphone y alucinamos, tranquilidad: nuestros amigos no dejarán de hablar con nosotros, nuestra voz es tal y como la han estado escuchando desde que nos conocimos.