Tener un Smartphone es una responsabilidad a la que muchos estamos acostumbrados. Que no se moje, que no se caiga, ser conscientes de cuando dejarlo de lado para hacer cosas importantes… Son detalles que individualmente no suponen demasiado, pero que en conjunto forman una pelota de condiciones que deberían ser escritas en piedra como los 10 mandamientos (no tirarás el móvil por el retrete). Entonces, ¿Puede todo el mundo tener un Smartphone? Sí. ¿Es todo el mundo suficientemente responsable como para tenerlo? No. Como diría Helen Lovejoy, la esposa del reverendo de los Simpson: «¿¡Es que nadie piensa en los niños!?». Hay usuarios con hijos, sobrinos y nietos, y todos se han preguntado alguna vez acerca de los niños y el Smartphone. ¿A partir de qué edad le compro uno? ¿Le pongo límite de horas de juego?
¿A partir de cuándo los niños y el Smartphone deberían conocerse?
Hay una cantidad infumable de estudios acerca de los niños y el Smartphone. Algunos echan en cara cómo afecta la pantalla a su sistema nervioso y la adicción a la que pueden caer con los juegos, interfiriendo en sus horarios de sueño y una gran cantidad de factores más (estrés, depresión, la lista no termina). Otros defienden la estimulación positiva que supone la interacción con las pantallas y sus interfaces, afectando positivamente al rendimiento intelectual. Próximamente en los mejores cines: Niños y el Smartphone, Civil War.
En Actualapp defendemos el punto medio de las cosas, y en este caso es claramente necesario uno. Ni blanco ni negro: un gris lúgubre, quizás. No tiene nada de malo que los peques de la casa disfruten jugando con la Tablet, o el Ipad, derribando cerdos en el Angry Birds o metiéndole caña al runner de los minions, siempre y cuando sea por un tiempo limitado y, por qué no, una recompensa por tener todas sus tareas terminadas (¡Consejo avanzado para padres y madres!).
Otro tema muy recurrente cuando se habla de los niños y el Smartphone es la edad ideal para comprar un teléfono inteligente a los peques de la casa. Lo cierto es que no hay una edad en la que uno esté listo sino que depende de muchos factores como la responsabilidad actual del niño y la necesidad que exista de mantenerse en contacto con él. Será más necesario en alguien que recorra un largo camino hasta el colegio cada día y no vuelva hasta la noche, más que en alguien que tenga el colegio cerca y coma en casa de amigos o parientes. Sin embargo, la edad entorno a la que se empieza a dar por hecho que necesitan uno es por allá los 12 años. Esa fecha se irá haciendo menor conforme pasen los años y ya lo vemos en nuestro día a día: la tecnología está siempre a nuestro alrededor y cada vez los usuarios empiezan más jóvenes. En cambio, tener una Tablet en casa para compartir entre hermanos es una práctica interesante que a largo plazo (a corto no, desde luego) refuerza muchos valores positivos en una familia.