Los aparatos electrónicos y las altas temperaturas se suelen llevar mal, y si ya de por sí estos equipos tienden a calentarse mientras están funcionando, basta que el clima con sus altas temperaturas ambientales le eche leña al fuego. Las Raspberry Pi no se escapan a estas situaciones pero por suerte existen varias formas de reducir su temperatura y así enfriar, principalmente, la CPU del mini ordenador y evitar poner en riesgo la microSD.
Así pues, si estás interesado en refrigerar tu Raspberry Pi, en esta entrada vamos a recomendarte diferentes carcasas y ventiladores con los que podrás rebajar considerablemente el calor que generan estas placas.
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Enfriar la Raspberry Pi gastando menos de 10€
Carcasa de refrigeración pasiva
Tener la Raspberry Pi suelta hace que esté más fresquita, pero también más vulnerable. Por eso lo común suele ser ponerle una carcasa, aunque algunas hacen que el aparato se caliente mucho más al tener menos ventilación.
El win-win está en unas carcasas de aluminio que hacen de disipador a la vez que protegen a la placa. El aluminio se encarga de enfriar la Raspberry Pi ya que de por sí es muy buen aislante térmico, al igual que el cobre, aunque este último es más caro y difícil de encontrar. Además estas carcasas suelen venir con pads térmicos para adherirlos a la CPU y demás chips.
Para Raspberry Pi 4B, 3B y 3B+ : Aliexpress
Este tipo de carcasa hará que la Raspberry baje unos centígrados, pero sobre todo hará que tarde más en alcanzar altas temperaturas cuando está trabajando a tope.
Carcasa de refrigeración pasiva + ventilador
Si verdaderamente quieres que la Raspberry Pi baje mucho su temperatura, el asunto pasa por ponerle un ventilador.
Si bien hay muchos ventiladores, nosotros te proponemos un combo muy atractivo: carcasa de refrigeración con ventilador integrado, ganando así lo mejor de los dos mundos y obteniendo una refrigeración mayor.
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Del ventilador salen dos cables que van conectados a los pines GPIO de la Raspberry Pi (tienes la guía en la imagen de arriba) por lo que mientras que la placa reciba electricidad, el ventilador estará funcionando.
¿El problema? El ruido que pueda generar. No obstante, si tu ventilador tiene los cables separados, en lugar de conectarlo al pin +5V, puedes probar el pin +3,3V que bajará el consumo del ventilador y por tanto, la velocidad, haciéndolo más silencioso pero menos refrigerante. Tienes más información en este enlace (en inglés).
Base con ventilador USB
Otra opción muy barata y bastante óptima es la de comprar una base con ventilador USB para poner la Raspberry Pi encima. Esto también logrará enfriar mucho tu Raspberry Pi, más si la combinas con una carcasa de aluminio.
Lo mejor es que al ser USB, puedes conectarlo a un equipo externo, como por ejemplo tu ordenador, para no robarle potencia a la Raspberry Pi. Además, si lo conectas a un Hub USB con interruptores puedes apagarlo cuando te vayas a dormir para que el ruido no te moleste.
Base con ventilador USB: Aliexpress
Hay varios modelos, pero con uno de 8 cm con rejilla (para que las hélices no estén a pelo) ya es más que suficiente.
¿Cómo saber la temperatura de mi Raspberry Pi?
Bajarle la temperatura a la Pi está muy bien, pero si no tienes forma de monitorearlo al final vas dando palos de ciego.
Una manera muy visual de controlar el estrés y temperatura de la Raspberry Pi pasa por instalarle RPi Monitor, un sistema web que te muestra en tiempo real toda esta información.
Es muy fácil de instalar; puedes aprender a usarlo en este tutorial.
Una vez lo tengas funcionando, te recomendamos ir al apartado de la web de RPi Monitor y activar la opción de auto-refrescar, para no tener que ir actualizando la web manualmente cada vez que quieras ver el estado de tu Pi.
Recuerda que el límite de la Raspberry Pi se suele encontrar en los 80ºC. Si el equipo está expuesto a esta temperatura durante mucho tiempo, puede que comience a dar fallos y la primera que caerá será la microSD, pues es el elemento más sensible.
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Y esto sería todo por nuestra parte. ¡Esperamos que tu Raspberry Pi y tu microSD puedan sobrevivir al verano!