Todo empezó con un juego indie de terror. Five Nights at Freddys nació no hace demasiado con un innovador sistema de jugabilidad que mantenía tensos a los jugadores toda la partida y les sonsacaba un susto de muerte al final. Salió de la nada en la Greenlight de Steam, sector dedicado a los desarrolladores de juegos independientes. Destacó desde un principio y consiguió unas cifras indecentes de ventas en Desura, Steam, Windows Store y App Store. Todo el mundo tenía o había probado el juego en casa de un amigo. Actualmente en el mercado hay cuatro títulos de esta saga disponibles, así que nunca está de más hacer hincapié en el primero de todos para aquellos que desconozcan estas obras de arte del terror psicológico.
Al empezar en la plataforma pc, la subida de gameplays y vídeos del juego fue instantánea, por no hablar de las teorías que se desarrollaron acerca de la historia del juego por los fans más curiosos. Five Nights at Freddys nos pone en la piel de un guardia de seguridad de una pizzería que usaba una banda musical de animales robóticos denominados animatronics para distraer a los niños hasta que uno de ellos mordió a un cliente. Poco después desaparecieron y fueron asesinados cinco niños atraídos por alguien disfrazado con el mismo traje que llevan los robots. Por si fuera poco, después del incidente muchos padres empezaron a quejarse del olor a podrido de las mascotas animadas, y el Ministerio de Salud impuso numerosas denuncias a la pizzería. El establecimiento tuvo que cerrar al no poder abarcar los costes mencionados. Sin embargo hasta el cierre tienen que controlar a los amistosos robots. Nuestro objetivo principal es sobrevivir durante cinco noches en ella. Para ello nos encontramos en una sala de control desde la que podemos mirar por las cámaras de seguridad, abrir las puertas adyacentes a la habitación y encender las luces de los pasillos. También tenemos un teléfono por el que nos irán comentando cosas que nos ayudarán a entender el profundo trasfondo de algo que parece muy sencillo.
En la primera noche todo parece muy tranquilo. Los animatronics están en sus sitios, quietos. Pero nada es lo que parece. Poco a poco empezaremos a notar que están vivos. No veremos nada moverse, pero al alternar las cámaras comprobaremos que algunos muñecos se han desplazado. Se encuentran a medio pasillo, o en su estante con la cabeza girada hacia la cámara. Así es, jugador. Pululan por el edificio y más te vale que no te encuentren, porque si lo hacen te meterán en uno sus trajes, derivando en un game over.
Hasta aquí te preguntarás dónde está la dificultad, el reto del juego. Cuando uno de esos peligrosos animales se encuentre en una habitación contigua, tendremos que cerrar la puerta (obviamente) pero ello consume electricidad que debemos dosificar. Así pues, encender y apagar las luces del pasillo para comprobar si hay alguien ahí también gasta. Ahora las piezas encajan. Nosotros encerrados en una habitación con animatronics asesinos dando vueltas por ahí, y lo único que nos protege es una puerta que puede estar cerrada un tiempo limitado. Todo ello nos mantendrá en tensión, procurando que no nos alcancen. Falta tan solo la guinda del pastel: cada vez que nos pillen nos pegarán un increíble susto del que nunca estaremos preparados. Five Nights at Freddys ofrece un reto a los nervios, ¿Lo aceptarás?