Hoy en día vemos simuladores de todo tipo: de pan, piedras,etc. Hasta de Pedro Sánchez. La única pregunta es: ¿De dónde salió esta moda? ¿En qué momento alguien tuvo la brillante o absurda idea de crear juegos en los que controlábamos a seres de todo tipo y de inanimados? (Pedro no cuenta). Todo tiene un génesis y el de dicho género se llama Goat Simulator.
Dicho hilarante juego nació entre broma en una game jam (crear un juego en un tiempo límitado con una temática concreta) dentro del propio Coffe Stain Studios. En él, Goat Simulator era un proyecto a medias en el que se podía sembrar el caos controlando a una cabra en tercera persona diversos mundos abiertos. Pudiendo embestir, correr, saltar y lamer objetos, las posibilidades de destrucción no eran pocas. Partidas grabadas del juego fueron subidas a la conocida plataforma de vídeos y fue inesperado el éxito que obtuvo algo que no iba en serio. De repente todos pedían que se hiciera un juego oficial y fue tal el eco de los fans que Coffe Stain Studios no se lo pensó dos veces y se puso manos a la obra.
En Goat Simulator controlaremos a una cabra con sed de destrucción
No eran pocos los errores que tuvieron que corregirse, pues crear un producto pulido con poco tiempo es prácticamente imposible y se necesita tiempo para explorar y descubrir hasta buggs (el término técnico para los errores) que pueden producirse en situaciones muy específicas. En un juego de estilo sandbox (mundo abierto) son tantas las posibilidades que a la vez son muchas las probabilidades de que algo falle si no se testea bien antes, y es por ello que Goat Simulator tardó en aparecer públicamente. Con un éxito atronador para ordenador, los usuarios de Smartphone merecían su parte del pastel, y vaya si lo recibieron.
En Goat Simulator no hay un objetivo principal, pues tendremos la libertad de hacer lo que nos plazca: embestir a gente que está haciendo un picnic tranquilamente, causar explosiones descomunales, equiparnos propulsores… Está todo pensado para que podamos vivir las situaciones más rocambolescas posibles y que nos partamos en dos riendo con todo el humor que el juego ofrece. Coffe Stain Studios tiene el detalle de actualizar contenido regularmente, pues aquellos usuarios que lleven bastante horas jugando lo aborrecerán tarde o temprano. Hay muchos elementos y sitios ocultos que deben encontrarse, factor que invita bastante a la exploración. Nuestra cornuda y peligrosa amiga cabra es inmortal, así que no debemos preocuparnos por el daño que pueda causar la destrucción que vamos a sembrar.
Una cabra, mundos abiertos y muchas posibilidades
Para aquellos que tengan ganas de probar el padre de todos los simuladores, Goat Simulator está disponible para Android e iOS por el precio de 4,99€. Es un precio un poco excesivo si no vamos a amortizarlo con múltiples horas de caos, pero si optamos por probar todo lo que ofrece el juego terminaremos viéndolo hasta barato. Para aquellos que no tengan un Smartphone excesivamente potente, el juego ha sido recientemente optimizado para que un abanico mayor de usuarios tenga la opción de probarlo.