El mundo de los códecs, contendores y demás elementos que entran en el formato de un vídeo es ciertamente farragoso; hay tantos que algunos soportes no son capaces de leerlos todos. Quizá por ello nos encontremos que una televisión no puede leer un archivo que tengamos en un pen drive o que un disco duro externo no reconoce ciertos ficheros multimedia. Ahí es cuando nos toca convertir vídeos a los formatos que correspondan.
Lo más típico consiste en recurrir al contenedor .mp4 ya que es uno de los grandes estándares hoy en día y la vasta mayoría de dispositivos es compatible con él. No obstante, para aquellas personas que no dominen demasiado este tema, a continuación te dejamos una pequeña guía para convertir vídeos de forma rápida y sin complicaciones.
Programas que te lo sirven en bandeja para convertir vídeos hacia cualquier formato
De los muchos programas que hay en Internet para convertir vídeos a diferentes formatos, hemos elegido Freemake Video Converter porque cuenta con perfiles configurados automáticamente para que puedas convertir mp4 a avi o viceversa, por ejemplo, con un solo click, incluso por si lo vas a destinar a algún medio en concreto como una televisión o un DVD, entre otros.
Al instalar y abrir el programa simplemente basta con cargar el vídeo desde la carpeta en la que esté guardado.
Adicionalmente, antes de ponerte con la conversión también puedes editarlo, por si prefieres omitir alguna parte del vídeo, por ejemplo, o rotarlo por si está girado.
Cuando lo tengas a tu gusto, toca en mp4 (o en avi, wma, mpeg… cualquiera que necesites) para proceder a convertir el vídeo.
Se abrirá esta ventana donde podrás elegir el perfil de salida que más te interese. Por lo general y para no alterar la calidad del vídeo, se suele dejar en «igual que la fuente» lo cual hará que el programa no toque los principales valores del archivo. No obstante, tienes opciones como «TV Quality» por si quieres asegurarte el tiro y que tu televisor lo pueda reproducir.
Cuando lo tengas claro, puedes seleccionar la carpeta de salida (es decir, donde irá a parar el vídeo convertido) para finalmente darle a Convertir.
Ya sólo te quedará esperar a que el programa termine de convertir el vídeo. Ya sabes, contra más largo sea el vídeo, más tardará.
Cabe destacar que la velocidad de conversión sorprende para bien, pues no tarda tanto como cabría esperar teniendo en cuenta que se trata de un programa que tira más hacia la simpleza. Luego, por contra, nos incrustará un logo que aparecerá en una esquina del vídeo así como una careta al inicio del mismo.
No resulta demasiado molesto si se trata de algún vídeo puntual o de poca relevancia, pero también es cierto que se puede eliminar si adquirimos la versión completa del software, que además desbloquea otras utilidades como incorporar subtítulos o aumentar todavía más la velocidad de conversión. Eso ya es decisión de cada uno y de lo capaz que se vea de amortizarlo.
Nosotros te hemos resumido una de las muchas funciones para tratar vídeos en este programa, pero como habrás visto en el menú principal también puedes convertirlos a audio, hacer una presentación de fotos, etc…